Edición corregida y aumentada con un capítulo extra
Como cualquier otra saga vikinga, esta novela narra las aventuras de un héroe enfrentado a pruebas más grandes que la vida; pero también muestra el lado más siniestro y oscuro de aquellos tiempos. La vida era una dura lucha por la supervivencia.
Erik el Rojo es uno de los vikingos más famosos. Y curiosamente no pasó a la historia por hazañas guerreras ni por asaltos de piratas ni por haber sido el rey de un país, como suele ser el denominador común de la mayoría de vikingos ensalzados en los textos históricos.
Erik el Rojo fue el descubridor de Groenlandia, la Tierra Verde, ampliando así el mapa de la Europa medieval. Fue «el hombre que pudo reinar» de no haber sido por los profundos sentimientos antimonárquicos de aquellos pioneros que cruzaron el Atlántico en busca de una segunda oportunidad en una nueva tierra donde poder asentarse y prosperar.
Pero también fue el símbolo de quienes se empeñaron en correr contra el viento, trazando su propio camino en vez de seguir el sendero marcado por las costumbres.
Así que, como dice uno de los personajes de esta novela, «sube a bordo, mil aventuras aguardan más allá del arco iris».
Disponible en Amazon Kindle
(se puede leer en cualquier pc/mac o dispositivo móvil)
Reseña en Shvoong
Erik el Rojo fue uno de los vikingos más famosos de su tiempo y su historia ha trascendido hasta nuestros días. Esta novela nos traslada a aquel mundo nórdico del siglo X donde la vida era una perpetuo acto de supervivencia. Ya en el capítulo introductorio, llamado Malos tiempos para nacer (puede leerse en la web del autor), asistimos a las tremendas vicisitudes que tuvo que pasar el protagonista nada más llegar al mundo, cuando un padre tenía la opción de rechazar a un recién nacido si le encontraba cualquier defecto, lo que suponía el dejarlo a la intemperie en el bosque.
La «arquitectura» de la obra es fundamental para conseguir esa mezcla de conocimientos históricos y amenidad, algo muy propio de este autor: Erik, ya viejo, justo el día en que va a morir, sale a dar uno de sus habituales recorridos por la zona, a caballo. Cada cosa que ve le recuerda algún acontecimiento de su vida, sobre todo del tiempo en que, junto a dos amigos, se escapó de su casa para evitar una boda impuesta con una joven que no le gustaba nada, viviendo así su primera gran aventura; o las visitas que hacía a un tío curandero que vivía en las montañas, del que aprendió a ver y comprender elementos de la naturaleza y del mundo espiritual que para los demás pasaban desapercibidos; o los avatares que le llevaron desde Noruega hasta Islandia, isla en la que le ocurrieron todo tipo de desgracias, para más tarde convertirse en el descubridor de Groenlandia, que por aquel entonces era más habitable que ahora (los historiadores llaman a aquella época el periodo cálido medieval), suponiendo una nueva tierra de promisión para muchos nórdicos que le siguieron en la colonización.
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